El Alano Español

EL ALANO ESPAÑOL

Muchos expertos creen que Presa, Alano, Perro y Bulldog son nombres diferentes que se aplican al mismo tipo de perro con una amplia variedad de características físicas.
La existencia de los alanos en España se remonta a varios siglos, aunque no está del todo claro cuál fue su origen, que se pierde en la noche.

Hay varias teorías sobre sus orígenes. Una de ellas apunta a un posible origen ibérico, protegiendo su aparición en la península con la invasión de los bárbaros en el siglo IV. En 1350 el rey Alfonso XI publicó su «Libro de la Montería» y en el siglo XV su «Tratado de la Montería» de autor desconocido, que da una profunda descripción somática del perro. Hablando del perro alano, todos sabían que era un botín de raza que debía tener ciertas características para justificar su nombre: una cabeza plana y fuerte, proporciones largas, alta hinchazón y buenos huesos.

Además, su carácter estaba claramente definido en torno a su función como perro excitante; «no se confunde con el hambre o la recompensa, sino que por naturaleza es justo lo que Dios le dio» (hoy lo llamamos instinto de presa).

No hay duda de que estos perros eran muy comunes, como lo demuestra su aparición en las obras de grandes artistas, verdaderos cronistas de la realidad de la época. Por ejemplo, los perros de Alano son representados por Velásquez en La caza del agujero, encontrada en la National Gallery de Londres; los perros reflejados por Goya en la captura del toto; o los perros representados en un grabado del romántico francés Blanchard, o en las obras de Cervantes y Lope de Vega.

Los ingleses, alemanes y franceses, sorprendidos por la apariencia y las funciones de nuestros alanos, también llamados «bulldog» y «presa» en el siglo XVII, lo importaron a sus países, como lo demuestran las obras de la época, que denotaban los tipos de bulldog (bulldog), bulldenbeissers (bulldog) y perros de Burdeos, respectivamente. Razas que darían a luz a otras, como Boxer, Bullmastiff, Dogo Argentino, etc.

En 1873 la prensa británica describió a uno de los «presa hispanos» – llamado «Toro» – que exportaban allí para refrescar la sangre de sus bulldogs, diciendo: «Cuando lucha, sostiene a su oponente sólo por la cabeza, siendo completamente silencioso y completamente indiferente al dolor.» Se mueve bastante despacio, camina como un columpio y lleva su cabeza hacia abajo.

Con el nacimiento de la cría de perros en España, los primeros Alanosa aparecieron en las exposiciones caninas. La última pareja de Alanosa fue expuesta en 1963 en el Parque del Retiro de Madrid. Más tarde hubo suposiciones sobre su desaparición, afirmando que los alanos habían desaparecido sin ninguna razón científica para probar esta imprudencia.

El alano estuvo presente en toda la Europa mediterránea, e incluso en las Islas Británicas (Base de antiguos Mastiffs y Bullmastiffs), en Alemania (Base de antiguos boxeadores y Dogos alemanes), en Francia (Base de antiguos Dogos de Burdeos), en Italia (Base de famosos Mastiffs napolitanos y Reed Corsa) todos estos pueblos y sus actuales razas provienen de un tronco común, que a su vez coincide con la rama española.

En Portugal llamaban a Alanoche, Caes de Fila, sinónimo de perros para atrapar, agarrar o sostener.

En América los nombres de los perros de depredador o toro en México bravo en Colombia, Dogo de Cuba en el Caribe, Lucha contra los perros de Córdoba en Argentina o Phila Brasileiro no son más que distinciones de varios grados de todos los perros depredadores o Alanos españoles que han sido aceptados.

Alanis, municipio del Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla, forma parte de esa amalgama de pueblos rurales de Andalucía con cultura y características propias, que seducen y cautivan a quien lo visita y decide entenderse con la cordialidad de su gente y formas de vida, heredadas de otros tiempos.

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